domingo, 10 de junio de 2012

Yo y mi relación con los colegas

A veces pienso que me equivoqué de carrera. Me gusta la labor social, si, y en eso no siento que me equivoqué. Me gusta la remuneración que puedo llegar a obtener, indudablemente. Pero el "mundillo" de los abogados. Eso si que no me gustó. Siento que no pertenezco a él, que pertenezco a otra clase de abogados, más simpático, más liviano de sangre, menos pomposo, menos complicado.
Estamos hablando de gente que ya no baja de calle Caupolicán y que lo más cercano a pobreza que tienen es la falta de hojas para imprimir. Gente que se olvida de las carencias que sufrió y los dolores que padeció cuando estudiaba... De esos no quiero ser, pero lamentablemente estamos llenos. Eso influye en nuestra forma de trabajar, por que se vuelve mecánica, formalista y lejana con la gente que llega, al no sentirse identificado con los problemas que aquejan la gente que nos visita
Soy de la opinión que es posible hacer nuestro trabajo de otra forma. Sin llegar a absorber los problemas de nuestros patrocinados (por que eso sería llegar al otro extremo), prefiero un trato más cordial y más cercano con ellos, manteniendo un poco la distancia, pero no poniendo un abismo de por medio como se hace actualmente. En mi modesta opinión, esto de alejarse del cliente viene de un trasfondo cultural más que de un profesionalismo prístino e idealista.
Quizás el idealista soy yo. Ya lo veremos cuando evalúe mi paso por la Corporación de Asistencia Judicial.

jueves, 10 de mayo de 2012

Decir Adiós.

Es difícil decir adiós. Por eso odio despedirme. Ya ha pasado casi una semana desde que dejé el restaurante donde trabajaba por que debía empezar la Corporación. Una Semana. Y paso todos los días. Sé que tengo que dejarlos pero no quiero, fuimos tan unidos y pasamos tanto tiempo juntos, que ahora dejarlos me deja una sensación de vacío.
Es gracioso. Cuando entré a trabajar pensé que estaría de paso mientras me llamaban de la Corpo. "Es algo temporal"  pensé y solo quería que me llamaran para poder irme. Y cuando finalmente pasó, ya no quería irme.

Mi estadía por el restaurante, aunque breve, fue intensa y me dejó muchas lecciones. Más que lo estrictamente monetario, desperté cosas en mi, revelé cosas de mí que se escondían en lo más profundo de mi psiquis. Y en fin, caí en las redes del amor.

Creo que desarrollé un sentido de pertenencia muy grande. Me involucré demasiado con ellos. Tuve un par de "mi primera vez" con ellos: La primera vez que iba al "plan b" (nuestra guarida después de esos largos días de trabajo), la primera vez que me mareo con alcohol, la primera vez que salgo más de dos veces en la noche en una semana, la primera vez que hablo de alguien de mis sentimientos, la primera vez que alguien sabe quien me gusta y me molesta con eso. Cosas que me hacían sentir tan vivo, cosas que no se van a repetir en la Corpo, lamentablemente.

Después de una semana de reflexión, puedo decir que amé que me explotaran allí, solo por que mi dolor era comprendido por alguien más. Que extrañaré profundamente a mis amigos y que la pérdida se siente todavía.

Las despedidas son tristes pero son necesarias. Si mi vida fuera una novela (sería mala, por cierto) esta semana ha sido el epílogo, necesario para seguir adelante. Así que pronto tendré que empezar a escribir un nuevo capítulo, por que no puedo quedarme en el pasado, ¿cierto? 




viernes, 16 de marzo de 2012

Depresión, depresión por todas partes

La tecnología nos hace miserables. Quizás es la posibilidad de poder desahogarse de ese descontento que llevas dentro con más facilidad, quizás la posibilidad de encontrarse con gente que comparte ese sentimiento hace que nos descarguemos tan seguido. Todos hemos estado ahí, alguna vez. El problema es que se está haciendo algo bastante regular y que generalmente o no conduce a nada o bien conduce a más depresión.
La catarsis que provoca el poder decir lo que uno siente es increíble pero hay que aprovechar esa energía, esa liberación que te da en cosas positivas. Es que decir, o escribir, que uno está mal no sirve de nada si uno no hace nada para cambiarlo, esas son las fuerzas de las que actualmente me alimento para seguir adelante. La posibilidad de hablar con alguien que pueda entenderte está ahí.
Ahora bien, "La esperanza es lo último que se pierde", "No te sientas mal" ya dah, ya dah, son frases que le decimos tanto que ya empiezan a perder su sentido, por eso cuando alguien está mal, generalmente solo escucho, eso es suficiente. Si me piden consejos, pienso en algo, pero usualmente no es algo que ande ofreciendo, por lo menos no más que un abrazo a quien lo necesite.
La vida es difícil, so deal with it! Si estás deprimido, si te sientes mal, grítalo, desahógate pero sigue adelante, c'est la vie.
Y para finalizar un mensaje positivo de Sophie Ellis Bextor: Mixed Up World

jueves, 15 de marzo de 2012

Prueba

Cuando incursiona en algo nuevo, generalmente lo primero que hace es un intento, débil, por cierto, para probarlo. Éste es mi caso, un débil intento de entrada de un blog, un proyecto que en mi mente hace tiempo vagaba. Todavía no tengo un fin definitivo, solo tengo las ganas de escribir algo coherente y exponer minucias del día a día de mi vida (a veces, bastante aburrida) ¿Quién sabe? Quizás resulte algo interesante. Quizás no, pero por lo menos lo habré intentado. Lo primero será buscar un alojamiento (actualmente estoy escribiendo en Word porque resulta más cómodo y conocido para mí) luego, ya veremos…
Este es el momento en mi vida en que finalmente tengo tiempo para escribir, siempre me ha llamado la atención, pero por distintos motivos no había perseguido este desafío que es escribir. Es que escribir no considero que sea una tarea fácil, y menos escribir de cosas personales, darle coherencia a tu mensaje y una intención al escrito no es algo que se logre tan rápido. No me considero un experto en lenguaje, pero la idea no es desperdiciar espacio con palabras sinsentido, faltas de ortografía (¡Dios me libre!), errores gramaticales y problemas de léxico. Estoy abierto a críticas, si es que alguien llega a leer esto alguna vez, por que al fin y al cabo soy solo un humano y por lo tanto también puedo cometer horrores ortográficos, aunque espero que no sea tan seguido.
Otros de los motivos que me impulsa a iniciar un blog es que tengo ganas de decir algo. Por ahora, no sé qué es (¿Quizás lo sé, pero no lo quiero decir todavía?) Pero son esas ganas las que me tienen investigando acerca de cómo iniciar un blog. No tengo intención que las cosas que digo sean en serio. Por lo menos no todo el tiempo.
Otro problema: Un nombre. Nunca he sido bueno con esto y en general, luego de un tiempo me dan vergüenza los motes que he usado en el pasado. Esto se supone que es algo definitivo, por lo que tengo que pensar no solo en un nombre que me guste ahora sino que me guste siempre. Esto se está complicando, por más que pienso, no hay nada que me convenza. Utilizaré el Nick que utilizo en Twitter a falta de uno mejor.
Y así me embarco en otra aventura tecnológica, el puerto de destino es desconocido pero lo que importa es la travesía, ¿verdad?